lunes, 10 de diciembre de 2007

Rosendo Hernandez, Mejor Entrenador de la Historia del CD Tudelano


Historia deportiva de Don Rosendo Hernandez

El fichaje del centrocampista, quien se había ganado fama durante seis temporadas en el Español (129 partidos y 52 goles) y, sobre todo, por su participación en el Mundial de Brasil de 1950, resultó astronómico para aquellos tiempos, según se relata en el libro Real Zaragoza 1932-1995 de los periodistas Pedro Luis Ferrer y Javier Lafuente. El presidente del Real Zaragoza, Julián Abril, que quería como primer objetivo el ascenso a Primera División para después relanzar al club hacia objetivos más ambiciosos, desembolsó 600.000 pesetas al equipo catalán y pagó una ficha de 315.000 pesetas al jugador cuando el límite reglamentado por la Federación Española de Fútbol estaba establecido en 2.500. El equipo se ganó, por lógica, el sobrenombre de los millonarios, y el presidente solicitó una derrama de 500 pesetas a los socios, que cumplieron con puntual fidelidad, para afrontar un presupuesto próximo a los seis millones de pesetas. La prensa lo calificó como el mejor equipo de la historia.
Con Rosendo Hernández, que tenía 28 años, llegó otra figura de la época, el barcelonista Gonzalvo II (30), otro de los héroes del Mundial carioca, donde España logró su mejor clasificación gracias, en gran parte, al gol de Zarra a Inglaterra. La apuesta de Abril por el derroche desató una euforia inédita en la ciudad, y de 4.000 socios se dio un salto cuantitativo de dimensiones insospechadas: el club registró 11.000 abonados, casi el triple de los que tenía antes de la adquisición de estos dos astros españoles. El ascenso se consumó y Zaragoza vivió unas fogosas celebraciones con estreno de himno incluido.
Rosendo Hernández tuvo mucho que ver en aquel éxito. Consiguió 23 tantos en 39 partidos. Pero no era un tipo fácil ni dentro ni fuera del campo. De carácter fuerte (se hizo popular por fumar puros canarios), tuvo encendidos enfrentamientos con algunos de rus rivales, aunque el del mayor calibre fue el que mantuvo con el técnico húngaro Emilio Berkessy. En segunda y última temporada en el Zaragoza (51-52), Rosendo, líder incuestionable del vestuario, se enfrentó al entrenador en el antepenúltimo partido de Liga en Santander, ya con la permanencia asegurada. Berkessy quiso que sus jugadores corrieran antes del choque por la playa de El Sardinero y el centrocampista se negó. En el campo, llegó a cambiar la téctica delante del propio preparador.
Su siguiente destino fue el Las Palmas, donde cerró un periplo que había comenzado en el Atlético. En 1960 y 1971 tuvo una aparición fugaz como entrenador del Real Zaragoza.

En 1972 firmo como Entrenador del CD Tudelano siendo Presidente Don Esteban Moneo.

Siendo hasta la fecha el mejor Entrenador en la Historia del CD Tudelano y abriendo la puerta a "los Canarios" que recalaron en Tudela.

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